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El buen morir


Morir - coaching personal madrid centro

La muerte forma parte del curso natural de la vida y, más tarde o más temprano, todxs debemos afrontarla.

Siendo así, sabiendo desde que tenemos conciencia de que la muerte existe que algún día nos llegará a nosotrxs, ¿porqué le tenemos tanto miedo? Porque, reconozcámoslo: nos da miedo que aquellxs a lxs que amamos se mueran, pero por encima de todo nos aterra dejar este mundo ¿porqué? ¿qué hay detrás de ese pavor?

En la sociedad occidental en la que vivimos, nos enseñan a negar la muerte, es más, nos educan en la creencia de que la muerte no es más que pérdida y vacío. Obviamente, si crecemos en un entorno religioso y practicante, estas enseñanzas serán diferentes independientemente de la religión que se practique, porque está demostrado que la forma de enfrentar la muerte de (por ejemplo) lxs cristianxs practicantes, es muy diferente y probablemente menos aterradora que la de las personas que carecen de unas creencias sólidas y esperanzadoras, cualesquiera que estas sean.

Así pues, el común de los mortales entiende la muerte como la aniquilación absoluta. Incluso quienes creen en "que algo hay" son incapaces de desarrollar inmunidad al miedo a morir: la mayor parte del mundo vive negando la muerte como algo que no existe y que no le va a afectar o aterrorizado por su inevitabilidad.

Cierto es que a todo el mundo le pasa o le pasará, pero el cómo nos enfrentamos a ese momento, cómo nos preparamos para bien morir, es algo que casi nadie se plantea. Porque de la muerte no se habla, se da por supuesto que sucederá pero se la esconde, como a lxs enfermxs terminales que son enviados a hospitales especiales con el fin de mitigar su dolor, sí, pero separados del resto, alejando la muerte, escondiéndola de la vista. Que lo que no se ve no existe, ¿no?

Y así nos luce el pelo, claramente, llegando acongojadxs a nuestro final, enfadándonos porque sentimos la muerte cerca, porque queremos seguir vivxs a toda costa, porque no sabemos qué va a pasar y lo único que conocemos es esto...

Muchxs moribundxs se cubren con excusas (no quiero dejarte solx, quién va a cuidar de ti cuando yo me vaya...) antes de reconocer que lo que no quieren es morir. Que el vacío al que se enfrentan se les muestra insuperable. Que no quieren ser pasto de los gusanos. Muchas de las personas que acompañan a esxs moribundxs, se escudan en las mismas excusas para no dejar partir a la persona amada. Ambas actitudes son erróneas, está más que demostrado que dejar partir es una de las mejores maneras de ayudar a bien morir.

Según las enseñanzas budistas, para alcanzar una buena muerte hay que vivir una buena vida. Me gusta darle una vuelta de tuerca a esta frase: para tener una muerte buena, hay que tener una vida buena. Así dicho, parece muy sencillo. Por supuesto, no lo es.

Pensemos primero qué consideramos nosotrxs, occidentales de pro, qué es una vida buena. Seguramente lo primero que te venga a la cabeza sea si has tenido un buen empleo, una buena casa, una buena familia, buenxs amigxs, quizás te dé por pensar si has sido feliz o hasta qué punto lo has sido, si has viajado mucho, si has hecho realidad tus sueños...Si el balance de todos estos pensamientos da positivo, concluirás que sí, que has tenido una buena vida y que tendrás una buena muerte. ¿Eso te convence? porque a mí no, ni de lejos.

Una buena vida, una vida buena, para mí, es aquella vivida con plenitud, independientemente de lo que he tenido o de lo que he hecho. La vida buena es la vivida con conciencia y con consciencia, aquella que no depende de nada ni de nadie más que de mí misma, de las veces que he sido consciente de lo feliz que soy, de las veces que me he sentido amada, de las veces en las que he amado plenamente...Una vida buena, una buena vida, una vida disfrutada, una vida de aprendizaje, de trabajo (y no hablo del remunerado de ocho horas a la semana, no), de comunicación, de amor, de risas y de llantos, de holas y adioses, de abrazos y despedidas, de acoger y de dejar ir, de amar más y tener menos...

Por supuesto, este es mi blog y cuando escribo lo hago desde mi experiencia, mi curiosidad, desde mi vida, vaya. Justo desde aquí te planteo ¿Has tenido una buena vida? ¿Crees que tendrás una buena muerte?

Sin presiones...ahi lo dejo.

Como siempre, recuerda ser feliz, que no estan difícil.

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