Egoísmo sano

En este mundo occidental en el que las "buenas personas" son aquellas que se desviven por los demás, quienes se sacrifican, lxs que lo dan todo, está más que mal visto dedicarse a unx mismx, dárselo todo a unx mismx, empezar por unx para seguir con lxs otrxs.
Así, el concepto de Egoísmo Sano nos rechina al escucharlo, no casan estas dos palabras, aunque deberían.
Hay una teoría que circula libremente que dice que el 99% de lxs que nos dedicamos a algún tipo de terapia, lo hacemos porque en su momento quisimos sanarnos, cambiar algo o aprender algo, y de tanto aprender, hicimos de ello nuestra profesión. Es una teoría que quienes me conocen saben que comparto, y lo hago desde la base del egoismo sano del que hablaba: un día me di cuenta de que, para poder ayudar a otrxs de la mejor forma posible, debía primero modificarme a mi.
De esta manera, me retiré, dejé de dar, pedí recibir y algunxs me miraron raro, se apartaron de mi lado porque no les gustaba la persona en la que me estaba convirtiendo, pasando de estar pendiente de todxs, de sus necesidades, de ir un paso por delante para que antes de necesitar nada ya lo tuvieran a su alcance a no actuar, a no dar más que aquello que se me pedía, a estar pendiente de mi y de mis necesidades, de lo que yo quería o no quería hacer, a decir que no, a dejar de decir que sí por la costumbre.
Hubo un momento de absoluta soledad. De soledad no elegida, de esa que da miedo porque no sabes con quién podrás contar, no de aquella de la que hablé en un post ya lejano que te permite reconocerte y disfrutarte, no, soledad de la mala, de la que te hace sentir frío en la espalda, de la que te hace pensar que te vas a quedar así.
Desde ese momento de soledad, desde ese mirarte por narices, desde la conciencia de que todo había sido un fraude, de que todo el mundo me utilizaba en su propio beneficio, desde allí es que todo cambió. Abriendo poco a poco los ojos, observando que no estaba sola para nada, que los que de verdad importan están ahí aunque estén lejos, que quien bien te quiere te responde, desde todos esos bellos lugares cambié. Aprendí, lloré, reí, renací.
Re - nací.
Como una nueva persona que se ocupaba de otrxs cuando se lo pedían, que no ponía por delante las necesidades de lxs demás, que era capaz de decir que no.
Y me dí cuenta de que nada había sido un fraude, de que si yo no me cuido nadie lo hará por mi, de que lxs que no se adaptaron al cambio realmente no merecían disfrutarlo, de que lo único que necesito en esta vida es a mi.
Ese reconocimiento puso algo de paz en mi vida, la suficiente para ponerme de nuevo a caminar, a aprender, a enseñar. Y todo este proceso me reafirmó en esta creencia de que el egoísmo puede ser sano, de que el amor por unx mismx es el principal de los amores, de que si no sabes, puedes aprender.
Ten presente que todo comienza por unx mismx, para poder dar, para poder compartir, para poder Ser y Estar para otrxs en una forma sana, desinteresada y desapegada, primero debemos Ser y Estar en nosotrxs, equilibradxs, conscientes. No caigamos en el error de ayudar a otrxs cuando somos los más necesitadxs de ayuda. No queramos sanar a otrxs cuando no estamos sanxs. No pretendamos enseñar a otrxs lo que nosotrxs no queremos aprender.
Así que te animo a que tengas el coraje y des el paso. Y seas EGOISTA por una vez.
Luego ya veremos si quieres parar.
Entretanto, sé feliz que no es tan difícil.